Tuesday, May 23, 2006

Amadeo Miquel i Pol

Domingo de insurrección


Agua verde
Y sobre mi frío gris
Veo mi pelo
Acuoso por los años

Tumulto de palabras
Anuncios insalvables
Apocalipsis sin resolución
Austeros caminan
Sin saber su destino

Hacia mí
Como un signo
Cuelgan y retumban
Presunciones
La irreverencia de tener
Lo aparente en un lado
Y lo invisible del otro


Pero nada
Es agosto
Y no es el cruel abril
De Eliot
Pero la mansedumbre
Es la patria
De lo indiscernible
De este domingo
Siete
Intermitente.

Wednesday, May 17, 2006

Carlos Mastronardi

Sabor de Buenos Aires

[Tango, 1966]
Letra: Carlos Mastronardi
Música: Miguel Caló

Anduve solo y perdido
en la neblina del barrio.
Cuando en cada café y en cada esquina
se me ganaba al corazón un tango.

Buscando sabor de Buenos Aires
pasé por unas calles que hoy cambiaron
y en los mismos cafés vi hombres solitarios
que de su juventud vinieron con sombreros,
y así nomás quedaron
leyendo un viejo diario.
Sentí todo el sabor de Buenos Aires
llegando del pasado
caminando por las calles de recuerdos palpitantes
y en un umbral, sentado, igual que antes
oyendo un viejo tango,
vi un hombre silencioso;
callado, parecía misterioso cantando,
era el patrón de Buenos Aires.

Carlos Mastronardi

Luz de provincia

[Fragmentos: las ocho estrofas iniciales y las ocho finales de las 57 alejandrinas, evocando a su Entre Ríos, según la versión publicada en Conocimiento de la noche, 1937]

(cabe recordar que Lugones suponìa que el Alejandrìno en la mètrica española correspondia al hexàmetro griego)

Un fresco abrazo de agua la nombra para siempre;
sus costas están solas y engendran el verano.
Quien mira es influido por un destino suave
cuando el aire anda en flores y el cielo es delicado.

La conozco agraciada, tendida en sueño lúcido.
Da gusto ir contemplando sus abiertas distancias,
sus ofrecidas lomas que alegran este verso,
su ocaso, imperio triste, sus remolonas aguas.

Y las gentes de ahora, que trabajan su dicha,
los vistosos linares prometiendo un buen año,
las mañanas de hielo. Los vivos resplandores,
y el campo en su abandono feliz, hondura y pájaro.

Las voces tiene leguas. Apartadas estancias
miden las grandes tierras y los últimos cielos,
y rumores de hacienda confirman lo apacible,
y un aire encariñado, de lejos, vuelve al trébol.

Gracia ordenada en lomas y en parecidos riachos.
En su anchura, porfían los hombres con la suerte,
y esperan suave fronda y unas tardes eternas
y los dones que piden a los cielos rebeldes.

Preparando cada uno los colores del campo,
capaz el brazo, justa la boca, el pecho en orden.
Para el ganado buenos pastajes y agua libre,
creciendo en paz la bestia, la tierra dando al hombre.

Lindo es mirar las islas. Una callada gente
en cuyos ojos nunca se enturbia el claro día,
atardece en sus costas o cruza con haciendas,
dichosa en la costumbre y en la amargura, digna.

La vida, campo afuera, se contempla en jazmines,
o va en alegres carros cuando perfuma el trigo
cortado, cuando vuelve la brisa a trenzas jóvenes
y el ocio, en la guitarra, menciona algún cariño.

[...]

Conozco unos lugares que enternecen mi andanza
y donde la provincia ya es encanto sin tiempo.
Frondas, callados pueblos, suaves noches camperas.
Soledad, hermosura: frecuencias de mi pecho.

Vuelvo a cruzar las islas donde el verano canta,
y un aire enamorado de esa extensa delicia
en cuya luz diversa y en cuya paz se anuncia
la querida, la tierna, la querida provincia.

Larga dulzura creada para entender la dicha,
durable rosa, quieto fervor, gajo de patria.
¡Qué mansa la presencia de la brisa en sus tierras!
¡Qué sonora en mi pecho la efusión de sus aguas!

Dulzura, sí, llaneza cordial, grato sosiego,
amplitud primorosa y honor de la mirada.
En su anchura, el olvido reconoce a los suyos,
y en su tierno abandono mi persona se aclara.

¡Qué vistosas se ponen sus leguas cuando el aire
perfuma, y la tarde alza como dormidos velos!
Yo pondero esos campos, los nombra el afectuoso.
Mi corazón es dádiva de su amable silencio.

Siento una luz absorta y unos muertos rumores;
reconozco este ocaso perdido en los trigales,
y fuera de los años miro su gracia inmóvil,
su delicado fuego sobre los campos graves.

Luz absorta que viene del pasado, y me acerca
unos rostros, un pueblo y esa fecha rezada
en que anduve más solo por los patios silvestres...
(Un Septiembre elogiado con glicinas, estaba).

Este ocaso confunde mis tiempos. Vuelve un canto
siempre dulce. La dicha se parece a esta ausencia.
Quedo en la brisa, tierno de campo, libre, oscuro.
Una vez yo pasaba silbando entre arboledas.

Alfredo Zitarroza

Para una diplomacia Argentina que no ESCUCHA y un presidente que la va de Piola
Cantado en argentina cuando Zitarroza vuelve del Exilio

DIEZ DECIMAS DE SALUDO AL PUBLICO ARGENTINO
Milonga
Letra y música de Alfredo Zitarrosa Allá en mi pago hay un pueblo
que se llama No-me-olvides;
quien lo conozca que cuide
su recuerdo como gema,
porque hay olvidos que queman
y hay memorias que engrandecen,
cosas que no lo parecen,
como el témpano flotante,
por debajo son gigantes
sumergidos,que estremecen.
Mi pueblo es un mar sereno
bajo un cielo de tormenta:
laten en su vida lenta
los estrépidos del trueno.
Puedo engendrar en su seno
las montoneras de otrora
y cuando llegue la hora,
mañana,también podrá
sembrar a su voluntad
mil estrellas en la aurora.No hay cosa más sin apuro
que un pueblo haciendo la historia.
No lo seduce la gloria
ni se imagina el futuro.
Marcha con paso seguro,
calculando cada paso
y lo que parece atraso
suele transformarse pronto
en cosas que para el tonto
son causa de su fracaso.Mi pueblo no es argentino,
ni paraguayo,ni austral;
se llama "Pueblo Oriental"
por razón de su destino.
Pero recorre el camino
de sus hermanos amados,
el de tantos humillados,
el de América morena,
la sangre de cuyas venas
también late en su costado.Mi pueblo no estuvo ausente
ni mucho menos de espaldas
a la trágica y amarga
historia del continente.
Fuimos un balcón al frente
de un inquilinato en ruinas
-el de América Latina
frustrada en malos amores-,
cultivando algunas flores
entre Brasil y Argentina.Pero mucho no duraron
las flores en el balcón,
el rosquero y su ambición,
imprudente,las cortaron.
Y fueron las mismas manos
que arruinaron el vergel,
las que acabaron con él,
las que hoy muestran,codiciosas,
en vez de ramos de rosas
unas flores de papel.No falta el bobalicón
nostálgico del jardín,
pero entre todos el ruin
es el que trajo al ladrón;
ese no tiene perdón:
si protegen sus ganancias,
la decencia y la ignorancia
del pueblo,son sus amores;
no encuentra causas mejores
para comprarse otra estancia.Ese sí,no es oriental,
ni gringo,ni brasilero;
su pasión es el dinero
porque es multinacional.
Mentiroso universal
desde que vino Hernandarias,
piensa en sus cuentas bancarias
ponderando a los poetas
que hacen con torpes recetas
canciones estrafalarias.Así pues,no habrá camino
que no recorramos juntos.
Tratamos el mismo asunto
orientales y argentinos,
ecuatorianos,fueguinos,
venezolanos,cuzqueños;
blancos,negros y trigueños
forjados en el trabajo,
nacimos de un mismo gajo
del árbol de nuestros sueños.Y ahora reciban,señores,
un saludo fraternal;
dice mi Pueblo Oriental:
ya vendrán tiempos mejores.
Cifra de nuestros amores
poncho patria es el espanto
de mi pueblo y sus quebrantos
no les puedo conversar,
solo les quise entregar
su corazón con mi canto.

Alfredo Zitarroza

SI TE VAS
Zamba
Letra y música de Alfredo Zitarrosa Si te vas,
te irás solo una vez;
para mí habrás muerto;
yo te pido
que me lo hagas saber,
quiero estar despierto.
Porque si te vas
yo quiero creer
que nunca vas a volver;
dímelo y serás
mucho menos cruel;
yo siempre supe perder.Si te vas,
quiero verte partir,
saber que te has ido;
sin adioses el amar y el morir,
nunca son olvido.
Pájaro tu pie,
viento tu querer,
yo te puedo comprender;
sin saber por qué
no te podrás ir;
yo te quiero despedir.
Y no será por eso
que estemos separados;
aunque no te marcharas
lo nuestro está terminado.
Pero si te vas
yo quiero creer
que nunca vas a volver.Si te vas,
con amor o sin él,
debes irte ahora;
tus nostalgias
y tus fugas de ayer
ya no me enamoran.
Mírate vivir,
sangre de gorrión;
te ha faltado corazón;
yo bien puedo ser,
si te quieres ir,
el que te ayude a partir.Si te vas,
no te vayas así;
llévate tu vida;
si no puedes olvidarme y partir
volarás herida.
Vete sin dolor,
debes comprender
que yo soy el mismo que ayer.
No hay mejor amor
que el que ya pasó
-se siente al decir adiós-.
Y no será por eso
que estemos separados;
aunque no te marcharas
lo nuestro está terminado.
Pero si te vas,
yo quiero creer
que nunca vas a volver.

Tuesday, May 16, 2006

Aldo Esposito

Letra del tango Naranjo en flor

Letra de Homero Aldo Expósito (1944)
Música de Virgilio Hugo Expósito (1944)

Era más blanda que el agua,
que el agua blanda.
Era más fresca que el río,
naranjo en flor.
Y en esa calle de estío,
calle perdida,
dejó un pedazo de vida
y se marchó.
Primero hay que saber sufrir,
después amar, después partir
y, al fin, andar sin pensamientos.
Perfume de naranjo en flor,
promesas vanas de un amor
que se escaparon con el viento.
Después, ¿qué importa del después?
Toda mi vida es el ayer
que me detiene en el pasado.
¡Eterna y vieja juventud,
que me ha dejado acobardado
como un pájaro sin luz!
¿Qué le habrán hecho mis manos?
¿Qué le habrán hecho
para dejarme en el pecho
tanto dolor?
Dolor de vieja arboleda,
canción de esquina
con un pedazo de vida,
naranjo en flor.

Enrique Cadicamo

ACADEMIA (POEMA)
Letra de Enrique Cadícamo

No existe el vesre del suburbio rante
que inventaron los rochos de alpargatas,
se terminó el argot del scruchante
porque ya no hay scruches ni culatas
.
El lunfardo de ayer hoy no se usa
y los barbudos de la nueva ola,
si escuchan por ejemplo: dequerusa,
ni diome mancan y se queda piola.

Hoy la prosodia parda interesa
solamente al filólogo estudioso......
era más lindo fiaca que Péreza,
tentis que piojos, curro que tramposo...

Grata, sotana, shuca, grilo, otario,
tanga, balurdo, esparo, papirusa,
es letra muerta en el diccionario
de la real academia rantifusa.

Alvaro Yunke

ACHACAO (POEMA LUNFARDO)
La vida es lucha. Al hombre de rodillas nadie lo empuja"

Estás medio achacao y andas con chucho
¿Chucho de qué pedazo de vichenso?
¿Te envenenás porque te ves flacucho?
Cuando más llores más indefenso.

Vos que pa la milonga fuiste ducho
ahora hasta tenés olor a incienso.
¿La vida te ha fumao y sos un pucho?
Si de verte tan maula me avergüenzo.

Morfá y chupá del bueno
y si la vida quiere espiantar
¡que espiante la perdida!
(y cuánto se la quiere, sin embargo.)

Aunque seas coyón mostrate fuerte
basuriá tus pavuras a la muerte...
porque la muerte es solamente
un apoliyo largo.

María del Carmen Colombo

Carta a papá

miserable estratagema
para tenerte: parecerme
a vos

ser en espejada lejanía
lo que brilla por ausencia
una estrella

¿sabías? ausencia es ese algo
de nada que hace falta
en el mar


como los muertos
en corazón sensible

no me llames ilusa, no me mires
con cara de víctima
nerviosa, estoy arriba
reina de la nada
ardiendo en mis heridas

soy tu pequeño espejismo
qué peor atadura

ah, si quisieras llegar hasta aquí
y entraras en esta luz vacía

en todo caso, si así fuera, querido mío
la luz hiere, la luz es realidad

LIBRO DE NOTAS. Rioplatenses hasta la muerte

Buena pagina web encontrada con comentarios sobre poesìa de habla castellana y poesìa rioplatense .
http://librodenotas.com/surgente/7301/rioplatense-hasta-la-muerte

Pedro Mairal

EL TIGRE
Estoy encerrado por los barrotes oblicuos
del pelaje del tigre.
Mi libertad está en su entraña:
en sentir mi mandíbula capaz de apretar un cuello
y mis cuatro garras ablandando mi peso,
en sentir hacia atrás el espinazo
que va de mi cabeza hasta la cola
que viene por el agua.

Te advierto que el tigre despedaza a la gacela
porque no sabe tolerar tanta belleza.
Te advierto que algún día seré tigre,
tigre como los pájaros.

Francisco Alfredo Marino

El ciruja


Música: Ernesto de la Cruz Letra: Francisco Alfredo Marino


Como con bronca, y junando de rabo de ojo a un costado,
sus pasos ha encaminado derecho pa'l arrabal.
Lo lleva el presentimiento de que, en aquel potrerito,
no existe ya el bulincito que fue su único ideal.
Recordaba aquellas horas de garufa
cuando minga de laburo se pasaba, meta punguia,
al codillo escolaseaba y en los burros
se ligaba un metejón; cuando no era tan junao por los tiras,
la lanceaba sin tener el manyamiento,
una mina le solfeaba todo el vento y jugó con su pasión.
Era un mosaico diquero que yugaba de quemera,
hija de una curandera, mechera de profesión;
pero vivía engrupida de un cafiolo vidalita
y le pasaba la guita que le shacaba al matón.
Frente a frente, dando muestras de coraje,
los dos guapos se trenzaron en el bajo,
y el ciruja, que era listo para el tajo,
al cafiolo le cobró caro su amor.
Hoy, ya libre'e la gayola y sin la mina,
campaneando un cacho’e sol en la vedera,
piensa un rato en el amor de su quemera
y solloza en su dolor.

Daniel Viglietti (uruguayo)

MILONGA DE ANDAR LEJOS


QUE LEJOS ESTÁ MI TIERRA
Y SIN EMBARGO QUE CERCA
PUES EXISTE UN TERRITORIO
DONDE LA SANGRE SE MEZCLA.
TANTA DISTANCIA Y CAMINO
TAN DIFERENTES BANDERAS
Y LA POBREZA ES LA MISMA
LOS MISMOS HOMBRES ESPERAN.
YO QUIERO ROMPER MI MAPA
FORMAR EL MAPA DE TODOS
MESTIZOS NEGROS Y BLANCOS
TRAZARLO CODO CON CODO
LOS RIOS SON COMO VENAS
DE UN CUERPO ENTERO EXTENDIDO
Y ES EL COLOR DE LA TIERRA
LA SANGRE DE LOS CAIDOS
NO SOMOS LOS EXTRANJEROS
LOS EXTRANJEROS SON OTROS MAS
SON ELLOS LOS MERCADERES
Y LOS ESCLAVOS NOSOTROS
YO QUIRO ROMPER LA VIDA
COMO CAMBIARLA QUISIERA
AYUDENME COMPAÑERO,
AYUDENME NO DEMORE
QUE UNA GOTA CON SER POCO,
CON OTRA SE HACE AGUACERO.

Sunday, May 14, 2006

Zitarroza (uruguayo) esas cosas que cantaba y cuesta saber de quien son

En la capital lo halle en un mercado
Consume capan
Descargando un carro
Le dije padrino
Lo andaba buscando
Se hecho un trago de vino y se quedo pensando
Me dijo un favor bua pedirle ahijado
Que a nadie le cuente que me ha encontrado
Si al fin ya no quero volver pa´ allá
Si yo ya no tengo ni ande llegar
Murió su madrina la Trinidad
Los hijos crecieron
Adonde están
Perdí la cosecha
Queme el cajal
Sin lo que mas quero nada es igual
Sin lo que mas quero que mas me da
Cobija y sombrero serán mi hogar
Por eso mi ahijado
Regrese en paz y a nadie le cuente que estoy aca

Quedamos de acuerdo
Lo deje tomando
Yo encendí un recuerdo
Y me lo fui fumando

Me pareció verlo en su verde monte
Sonriéndole al viento y al horizonte
Haciendo una mueca pa´ ver pasar
La mancha de garzas rumbo al palmar

Jacinto Xenobio Jacinto Adán
Si en tu paraíso solo había paz
Yo no se que culpas querés pagar
Aquí en el infierno de la ciudad

Jacinto Xenobio!!!!!!!!!

JOAQUIN GIANNUZZI

LOS PIES EN EL CRISTO DE GRUNEWALD

El nervio expuesto y condenado
hace de todo sufrimiento un principio general.
Todavía es la hora de descenso
y toda carne debe seguir aquí, resolverse
en una pesada concentración.
El tono de la pintura
define el desagüe de la masa desesperada.
La anatomía es gruesa, de tierra sangrada
y allí donde los dedos se enciman
-los caminos de este mundo están bloqueados-
el límite de la torsión es crítico.
La promesa de toda resurrección tiende a la oscuridad
en las fibras musculares, giradas
sobre sí mismas. Cada detalle
aguarda un orgánico estallido,
pero el conjunto fija el tormento hasta el fin de los tiempos.
Un solo clavo y se acaba la vieja danza.

Saturday, May 13, 2006

Sara de Ibañez (Uruguaya)

PASION Y MUERTE DE LA LUZ

VIII
Mí entraña mereció, panal mestizo,
la incorruptible ley de tu voluta.
En cada nervio de clavel o fruta
un embozado arroyo de granizo.

La abeja por mi sangre se deshizo.
Vi las raíces de tu isla enjuta,
y el atisbo tenaz de la cicuta
mezcló a tu piel su aroma fronterizo.

Tiendo la mano para recogerla
y el lento cáliz de una llaga fría
estanca el iris de tu simple perla.

Me ciño a su enlutada melodía
quemándome sin fin por retenerla
en el doble rumor de mi agonía.

Oliverio Girondo

INVITACION AL VOMITO

Cubrete el rostro
y llora.
Vomita.
¡Si!
Vomita,
largos trozos de vidrio,
amargos alfileres,
turbios gritos de espanto,
vocablos carcomidos;
sobre esta nauseabunda iniquidad sin cauce,
y esta castrada y fétida sumisión cultivada
en flatulentos caldos de terror y de ayuno.
Cubrete el rostro
y llora...
pero no te contengas.
Vomita.
¡Si!
Vomita,
ante esta paranoica estupidez macabra,
sobre este delirante cretinismo estentoreo
y esta senil orgia de egoismo prostatico:
lacios coagulos de asco,
macerada impotencia,
rancios jugos de hastio,
trozos de amarga espera...
horas entrecortadas por relinchos de angustia.
Tomado de "2" del libro "Persuasión de los dias"

Friday, May 12, 2006

Las Palabras (1963)

Nadetienen cuerpo las palabras tocan y son tocadas
son caramelos se las puede lamer chupar mamar
hierven como peces en un estanque tropical
tienen tantas formas como las valvas según las rocas a que se adhieran
pero importa mucho más lo que contiene su nacarado seno
la vida deliciosa frágil del ser que las habita
son transparentes para que resplandezca su contenido
son crisálidas clavos ardiendo
granadas que revientan en la mano si no se arrojan a tiempo
sólo viven para morir
son pilotos suicidas
perecen al tocar su objetivo
la poesía es uno de esos objetivos
uno de los nombres del hombre
su respuesta al canto del gallo
toda expresión equívoca que aclara las cosas
la parte en blanco de los formularios
el himno de libertad de un libre o de un esclavo
un balbuceo muy bien impostado
un abuso del lenguaje
cualquier cosa natural para decir después de hacer el amor
un lenguaje siempre tan intenso como una despedida
el halo que circunda ese lenguaje
cuando se llega al límite sólo hay un modo de hablar
la metáfora decir que una cosa es otra
en el límite todas las cosas son otras
todo es todo la verdad radica en soplos
la poesía la dice no hay otra ciencia exacta
la dice en cierto modo con ciertas palabras
confunde esas palabras las calienta para impedir que la vida
se entumezca en ellas
hace convergir la vida en las palabras
bosques vecinos uniendo sus incendios
el poeta nace se hace se deshace
se rehace renace
es el inspector más general
un contemplativo sin contemplaciones
todas las cosas le interesan por igual pero a algunas les presta
demasiada atención
a otras demasiado poca
es un científico cuya mente funciona sin datos
es un deslenguado
es una cruza de perro y dactilógrafo
para ser poeta basta con saber oler y escribir
su conducta nunca es absurda
nunca sabe en qué recodo encontrará las palabras
siempre está naufragando en la libertad
atravesando de piedra en palabra el río del tiempo
todo el tiempo siente cómo pasa el tiempo
cambia gente por soledad a través de angustia
las estrellas volatilizan a esa gente
pero ese hombre tiene que contarle cómo
son esas estrellas
está prisionero en una fortaleza no puede comunicarse
sino parabólicamente
por medio de obuses palomas mensajeras
silbatos supersónicos
es decir palabras
montado en ellas vuelve de su soledad a la gente
ustedes qué harían si vieran descender un plato volador
correrían a contárselo a todos
cualquier cosa que ve el poeta le parece un plato volador
todas lo son
ustedes escuchen o no pero él debe hablar
no le importa que a ustedes no les importe
mentiras le importa mucho y a ustedes también debería importarles
no piensen en él como poeta sino como hombre
de un tajo él se da cuenta cómo es alguna cosa
relaciones estrechísimas entre cosas al parecer remotísimas
él pone poética la realidad
la pone como es
o tal vez al contrario la realidad es la que se pone poética
las cosas se enternecen se desequilibran trascienden peligrosamente
sus límites
otra vez un bosque pero de otoño con todos sus árboles vibrantes de
balsámicas hojas
un movimiento se inicia alrededor del poeta lo arrastra a girar
para no caer debe aferrarse a las palabras
para flotar en ese vacío hace falta una balsa o un puente colgante
de palabras
o escala de seda o palabras por donde tal vez subir
la situación exige no perecer asumir una forma estable
no tiene otra salida que las palabras así como el atardecer no tiene
otra que las campanas
el poeta está obligado a descubrir y pronunciar esas palabras
una fisura se oscurece en la pulimentada superficie del mundo
donde él introduce la arista más delgada de su cuña verbal
a medida que los hechos pasan a palabras se va apaciguando
el vórtice de realidad
enardeciéndose el de palabras
hasta que el poeta entrega su confesión por escrito
la poesía es el arte de no escribir1
dígalo con palabras como si no lo dijera con palabras
cualquier cosa puede concentrarse en una palabra o extenderse
en mil
hay que encontrar la cantidad exacta que resulte poética
cada palabra tiene mil sentidos
dos juntas multiplican un millón
con el correr del tiempo las precisiones se van desgastando
como templos abandonados en la selva
el poeta quiso fabricar una llave pero le salió una ganzúa
ya no sabe qué puertas abrirá pero las abrirá
admiremos al noble ladrón que sólo roba puertas cerradas
ha aceptado ser un sicario pero de la poesía
ha decidido gastar su tiempo en eso
está dispuesto a consumir un año en una e
a escribir con su sangre letreros luminosos
a escribir con bordes de monedas con lapiceras explosivas
con guantes con la zurda
aunque los dedos se le agarroten o se le derritan
a la madrugada levantándose o acostándose
con el deseo con el hartazgo
él estaba escribiendo
se quedó ciego y siguió escribiendo
el poema es el arma perfecta
complejo aceitado compacto
todo poeta vive como un pistolero
con el corazón en la boca
las palabras le ordenan el mundo pero le desordenan la vida
él no compra un espejo para adornar el dormitorio de su amante
compra la palabra espejo para adornar el verso donde su amante
lo abandona
y se queda solo frente a ese espejo
las balas rebotan en la blindada imagen
el arma funciona contra su portador pero él no quiere soltarla
se agarra del mundo por donde puede
su hacer es lo único que puede oponer al tiempo
el tiempo procura absorberme
integrarme a sí desintegrarme a mí
imposible evitar la lucha entre él y yo
yo lo voy a llenar de mí mismo de cosas en que me transformo
escribir como amar son órganos por donde me vuelco
me lanzo a ser en el tiempo bajo una forma nueva
hasta que me vacíe del todo ya lo sé
pero el tiempo no puede quedar así
hay que ponerlo overo de palabras
[1] Esta definición sólo es válida para poetas.
rias Rioplatenses



Cesar Fernández Moreno

Sustancia Eròtica

SUSTANCIA ERÓTICA

Paisaje de latidosel viento
azota tu mirada ardienteahí
está agazapada la espera
un lejano murmullo anuncia los estremecimientos
de un salto intentas aniquilar la vida
y encender un crepúsculo de miradas frías
¿a quién buscas por ese camino palpitante?
¿qué fuga detienen tus manos tenaces?
corazón que galopa
hasta atravesar tu transitable desnudez
y hace estallar la vidala vida
ahora llega la muchedumbre de horas indecisas
tu corazón galopa lejos de mí
tu mano cae
desde el instante sin tiempo
fracasada tu muerte
indiferente a todo próximo sueño.


Aldo Pellegrini

Las Hogueras

LAS HOGUERAS

Los hombres de mi tierra realizan por el día
Duras labores y al anochecer
Encienden unas matas secas,
Unos leños roídos y nudosos como sus manos.

En la hora serenísima
Florecen las hogueras
Y en sus ensortijadas cabelleras rojizas
Flotan en la esfumada lejanía del monte,
Y a medida que el límite de añil se oscurece
Asumen la figura de incandescentes zarzas
O de hiedras purpúreas que aprisionan
Un tenebrosos muro.

En la noche salvaje
Brillan como sortijas a cuyo alrededor
Descansan los pastores, los mineros
De tez cobriza, plácidos labriegos,
Y esos hombres errantes que en el semblante llevan
Acumulados todos los repliegues
De la montaña saben el secreto
de dorar en las brasas un fragante manojo
De carne – un recental o un ijar de ternero,
Mientras el fuego torna más grave la quietud.

Alguien vela después en el sopor nocturno
De pie como un soldado a la orilla del sueño,
Custodiando la paz del campamento
De donde por momentos se desprende un mugido,
Un roce de pezuñas en las piedras,
El chasquido de un leño que se quiebra
En el ojo de cíclope que oscila y humea
Poblando de titánicas vislumbres
La oscuridad.

El marsupial entonces
Huye a las madrigueras arrastrando su saco
De tela gris, y el puma que suele merodear
Por los alrededores abandona
Su señoría y vuelve medroso a la espesura
Como un rey primitivo que plegara su túnica.

A la distancia, lejos, las he visto brillar
Como incrustadas en el seno mismo
De las rocas, y quedan sus estrías
De tal modo grabadas en el lóbrego
Pabellón de la noche que parecen
Esos viejos tatuajes con que los habitantesDe un reino elemental adornaban el bronce
De su piel: rojos signos de una escritura arcaica,
Inscripción indeleble que una raza
Idólatra y sufriente
Labró como homenaje de su sangre.
A un dios inmemorial.

Alguna vez también he acercado mi rostro
Al ardor de esa lumbre; alguna vez
He tejido con ramas de resinosa brea,
Con arbustillos secos de la sierra,
Una guirnalda crepitante, un círculo
De grandes palmas, cálido y sonoro,
A cuyo resplandor he sentido vivir
Una edad olvidada, un tiempo tan antiguo
Como el terror, surcado por oscuras deidades;
El corazón de un mundo cada vez más lejano
Que late allá, perdido entre las breñas
Del oeste natal.




César Rosales

Estas Cosas

ESTAS COSAS
No sé, pero quizás me esté yendo de algo, de todo,
de la mañana, del olor frío de los árboles o del íntimo sabor
de mi mano.
Pero estas llamas y la lluvia bajan por la tarde del día elevadas,
con su trabajo cruel y afanoso, con el terror de la primavera
y el tiempo y la noche vanamente disueltos en su impaciencia.

Yo sé que estoy mirando, extendido, sin atender
lo que el polvo y el abandono ocultan de mi cuerpo y de mi lengua.
Una palabra, aquella sonriente y terrible de ternura, oscurecida por la razón y el mágico envenenamiento de la nostalgia;
sedentaria huye por un campamento, llamada y perseguida permanente,
sin alguna vez, devuelta entera y desentendida al seno ardiente de la noche, al ser mayor e indestructible de la atmósfera.
Nada queda después de la muerte definido y elevado, ni la imagen voluntariosa
sobre los pastos crecidos y ondulantes, ni el pie
atropellado que dispara de su quemada historia intacta.

Sin clamor el rostro siente el húmedo temporal, el albergue perecedero
y la flor abierta en el vacío,
sin volver los ojos, va en su rapidez disuelto
y extrañísimo.
Soy el ido, el variante del cielo,
de la calle muerta en las nubes,
su entretenimiento como un pájaro.

¡Amor, amor! una brizna del sentido,
tal vez un día donde mis labios bebieron la sangre
y todas estas nieblas azotadas e irremediables, perdidas.
Decidido, toma, ¡oh noche!, mis secos ramos y llénalos de rocío brillante
y pesado, igual al de las hojas del orgulloso y reclinado invierno.

Ricardo Emilio Molinari

Thursday, May 11, 2006

UNA ROSA PARA STEFAN GEORGE

UNA ROSA PARA STEFAN GEORGE

Il va parmi ses fleurs;
et les souffles
de l’air
Hölderlin
(Similis factus sum pellicano solitudinis)
No es la paciencia de la sangre la que llega a morir,
ni el sueño ni el mármol de Delfos, sino el polvo
que se calienta entre las uñas.
Qué importa morir, que se borren las paredes como un río seco;
que no quede una flor en la calle con su borde de luto en la frente,
ni el viento sobre las piedras podridas.

Qué haces allí, tronchado sin humedad,
con tu dicha sin aliento, con tu muerte tendida a los pies.
Con tu espuma llena de ceniza. Desdeñoso.


Ya vendrán los hombres con el ruido, con los gestos;
pero el odio seguirá intacto.


Todos te habrán estrechado la mano alguna vez,
y tú habrás bebido la cicuta en la soledad,
como un vaso de leche.


Adiós, país de nieve, de ventisca agria, sin gentes que digan mal
de ti. Eterno. Desnudo.
La sangre metida en su canal de hielo

—fuego sin aire— Jordán perdido. Si el tiempo
tuviera sentido
como el Sol y la Luna presos;
si fuera útil vivir,
si fuera necesario,
qué hermoso espanto: tengo la voluntad avergonzada.


Yo soy menos feliz que tú. Me quedo combatiendo
sin honor,
con un haz de ramas en las manos
.Duerme. Dormir para siempre es bueno, junto al mar;
los ríos secos debajo de la tierra con su rosa de sangre muerta.


Duerme, lujo triste, en tu desierto solo.

¡Esta palabra inútil!

Ricardo Molinari